En el pueblo de mi abuela vivía una mujer (A)________, por el bosque, al pueblo de al lado (algo más grande, con cuatro o cinco tiendas) a hacer recados (B)________. Yo llegué a conocerla; la verdad es que apenas la recuerdo: ¿era una anciana pulcra, vivaz,
risueña? ¿Vestía de luto y llevaba el pelo blanco recogido en un moño? ¿Tenía una
casita diminuta, blanca, con las sartenes relucientes colgadas por orden de tamaño
en la pared y el suelo limpio “como los chorros del oro”?... Tal vez estas imágenes
sean simplemente el recuerdo colectivo (C)________ y sin embargo todos los años, cuando llega la primavera, pienso en ella.
Hace muchísimo tiempo, en mi infancia, la primavera era la estación de los vencejos.
Nos daba un vuelco el corazón cuando el primer chillido de vencejo rasgaba el cielo.
Pronto los vencejos llenaban el aire, en desbandada, salían disparados hacia una
libertad lejana, (D)________ pero sin duda urgente, importante y alegre. La noticia de (E)________. Pensábamos: “cuando seamos mayores viviremos la vida de verdad, la vida adulta, que será poética y emocionante, una vida a lo grande, de amores, arte, viajes...”
Y ahora aqui esta. No podemos por mas tiempo enganarnos, seguir contandonos el
cuento (F)________, en otro tiempo. La vida es ahora, y ser mayor era esto. ¿Que? Lo que nos llena los dias: pedir un presupuesto, poner la lavadora, llevar el coche a la Inspeccion
Tecnica de Vehiculos y los ninos al dentista.